Devaneos de una pequeña exploradora amateur fuera de su hábitat original

domingo, 24 de marzo de 2013

Vida en la capital

Que pasa!!!

Pues aquí sigo por las Américas!. Hoy, como es Domingo, salimos a comer fuera y elegí una señora hamburguesa de 3 pisos, de esas que jamás se me habría ocurrido pedir en la vida, pero como estoy aquí, que viva la pepa. Cuando me levanté podría haber salido rodando cual armadillo hecho una pelotita.


Y es que la comida en este pais es un tema aparte.

El otro día mi tía me animó a ir con ella y otra amiga al "Store", y nada,  pa allí nos fuimos. El sitio resultó ser un almacén gigantesco para comprar al por mayor, petado de gente. Para poder entrar en este lugar tienes ser socio y enseñar el carné a la entrada, esto es, pagar unos 100 dolares anuales por poder mantener la membresía. Aunque, al comprar con frecuencia, al final del año te devuelven el 5% de lo que gastaste, así que más o menos, te sale gratis el ser socio. El lugar es tan grande como un ikea,y tiene comida, ropa, juguetes...de todo. Yo estaba alucinada haciendo fotos de un sitio para otro, la gente debió pensar que nunca en la vida me sacaron de casa o que era mongolita. Luego, en cada esquina había como una especie de stand con una persona que tenía bandejas con muestras de productos para que las probases. Es decir, tú te vas a hacer tu compra, compras al por mayor para 3 meses o por si unos alienígenas invaden el planeta y te tienes que esconder en el bunquer subterráneo de los Flanders  y de paso te pones las botas comiéndote todas las muestras de todos los mostradores que te ofrecen, desde quesos hasta carnes. En serio, yo llego a tener esto en Compostela y mis amigas y yo recolectamos la cuota anual simplemente para zampar de gratis. Orgullo gorrón español.



El caso es aún por encima tienes a la salida una especie de área para comer, donde tienes comida rápida bastante barata y te venden vasos para rellenarte la bebida todas las veces que quieras (que en eso también se parece al ikea), aparte de tremendos batidos de fruta y helados. Que me encantó el sitio, vaya.


Y ese mismo día por fin iba a conocer lo que era la vida nocturna en DC! O por lo menos en uno de sus barrios, la U street. Así que quedé con unas chicas que conocí a través de mi tía, y cogimos el metro para llegar a tal ansiada zona de marcha. Resulto que fuimos a un lugar que había sido recomendado por la amiga de una, y tras guardar una pequeña cola, veo que empiezan todas a sacar sus pasaportes. Adivinad quien no había traído el suyo, la menda lerenda. Así que tras comunicarme con todas y darles la gran noticia se miraron las unas a las otras horrorizadas, porque no íbamos a poder entrar en la mitad de los sitios. O eso, o me dejaban al lado de una farola con un cartel "Forever alone" y se iban a vivir la party loca. Gracias a dios eligieron la primera opción, asi que saqué DNI a ver si colaba, y coló. Entramos en un sitio super chic con mil lamparas, más oscuro casi que el maykar, lleno de mesas y enseguida una chica muy esbelta nos acomodó en una. La pinta de la gente parecía sacada de un videoclip de P.Diddy y tras 15 minutos sin atendernos ni cristofer, cogimos la puerta y nos fuimos. Vaya primer éxito, pero lo bueno de verdad estaba aún por llegar.

Entramos en otro sitio que tenía la música pumchim pumchim altísima y que estaba lleno de treintañeros con las camisas casi abiertas, bailando el baile de enroscar la bombilla y los patitos cua cua. Me pedí una cerveza que me costó 8 DÓLARES y al dar el billete casi lloro. Al menos me dará un buen cervezón,pensé,  pues no, una amstel, y además light. En fin.

El caso es que la cosa se empezó a animar y empezaron a llegar más gente de nuestra edad y chicos queriendo conversar. Llego uno bien simpático que me chapurreo unas palabras en castellano que había dado en el instituto y que me dijo que le hacía mucha gracia mi acento. Tanto que al decir 2 palabras el tío se tronchaba de risa literal con mano en la barriga incluso, diciendo esto es muy divertido. Pensé en estamparle la cerveza y preguntarle si ahora le parecía divertido, pero deje mi vena psicópata a un lado y me limité a sonreir y mandarle mentalmente una maldición celta sacada de los pueblos más lejanos antiguos de Cuntis por lo menos.

El caso es que el sitio se abarrotó, nos empezamos a agobiar, y decidimos coger el metro porque eran ya las 2 y a las 3 cerraba y la mitad los sitios también. Al llegar a mi parada, tenía que coger un taxi, así que allí fui. El taxista iba más lento que el caballo del malo, y tras 2 cervezas de 8 dolares me quedaba poca pasta, así que iba sentada en el medio mirando como iba saltando el taximetro y sudando la gota gorda debajo de mi abrigo. Aquí hay una tradición de propinas para los taxistas, no como en España que rateamos hasta el último céntimo posible, por lo cual si eres más agarrado que un mono a un columpio, la llevas clara. Yo no veía el momento en que apareciese la puerta de mi casa y poder darle el dinero. Ya me imagina al tío que tenía cara de delincuente nacional, cerrando los pestillos "de aquí no sales hasta que me des mi propina". Pues sudando estaba cuando el tío me anuncia que se ha perdido. ¿¿Qué me estás contando?? y el tío sigue avanzando despacio mirando los portales de las casas y el contador ya loco, fuera d órbita. Yo intentandole explicar al tío en inglés, español, turco, griego, que el número de mi casa ya lo habíamos pasado y el muy cabrón haciendo que no me entendía para cobrarme más pasta. ¿¿!!!@@@@@@!!!! Al final me dejo en la puerta de mi casa, le di 10 dolares que era todo lo que me quedaba y menos de lo que me costó el viaje, sin ni siquiera esperar a que los contase y corrí cual adolescente hacia las escaleras de mi casa con llave en mano y susto en corazón. 

Veredicto final: me voy a chapar el camino de la estación a mi casa para que no me timen tantísima pasta, y si hace falta me lo tatuo en plan Prison Break. He dicho. 

El jueves me voy a pasar la semana santa a Miami así que probablemente os escriba la próxima vez desde allí.

Deica loguiño!! :D


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