Devaneos de una pequeña exploradora amateur fuera de su hábitat original

viernes, 3 de mayo de 2013

Anécdotas Variadas Volúmen I

Soy torpe. Siempre lo he sido. Soy torpe, despistada, olvidadiza y siempre dejo las cosas que hacer para el final. En mi casa mi padre me llama cariñosamente desde que tengo uso de razón "Terminator", porque cosa que cae en mis manos acaba (no sé como) destruida, aniquilada y pasada a mejor vida. Me caigo muchas veces, me tropiezo caminando por la calle, o simplemente enredo mis pies y caigo al suelo. Los que más me conocen pueden hacer una lista de caidas memorables mías con sus posteriores secuelas físicas. Pero lo malo es cuando esto pasa en alguna casa en la que estás cuidando crios. Realmente temes por tu vida, o más bien, por cobrar toda la pasta de las horas que llevas sobreviviendo.


Por ejemplo, el otro día estuve trabajando en la casa de una familia que tiene un bebé de 1 año y un niño de 3. El niño rubito con rostro de querubin angelical, estaba emocionadisimo con mi llegada y delante de sus papás no paraba de sonreír y pedir mimos. Bien, pensé, seguro que es tranquilito y va a ser fácil pasar las próximas 10 HORAS con él. Pues en cuanto el niño escuchó que sus queridos padres cerraban la puerta, se quitó la careta y se transformó en  (con voz de hombre de negro) el niño del pueblo de los malditos. Puñetero niño, vaya horitas me dio, no sabía si dejarlo encerrado en la terraza o colgarlo detrás de la puerta. El crío me pegaba, me escupía, me gritaba....un petardo vamos. Y el bebé se pegaba unas carreras que ni Fernando Alonso, tenías cada dos por tres que perseguirlo por la casa, por si acaso comía suelo, con el crio infernal detrás gritando que volviera ahora mismo a estar con él. Maleducado de las narices. El caso es que estoy en la cocina americana con sus mil muebles,con el bebé sentado en su silla cuando tanteando entre los mil cajones, buscando la basura, me quedé con un cajón gigante de mentira en la mano. 


Tras el susto y mandar cuatro maldiciones griegas pensé, bueno, aquí no me ha visto nadie, y así que giro la cabeza y allí estaba parado cual estatua romana en silencio, EL CRIO INFERNAL. En esos momentos el niño tenía una cara que no podría describir, pero estoy segura de que estaba pensando "ja, ahora se lo voy a contar todo a mommy y no vas a volver en tu puta vida" y yo entre que el cajón falso pesaba mil toneladas y que casi infarto del susto al ver tal estampa digna de la más controvertida película de Kubrick, me dio la risa. Y entonces sucedió. El crio también se río y vino a ayudarme. Pensé, dios, que safada, ahora seguro que somos best friends ever y podemos jugar pacíficamente. Pues no, tras arreglar el cajón el tío me pegó un tortazo y me ordenó ir al tremendo cuarto de juegos que poseía. En fin, creo que el niño se calló porque la madre me mando un mail dándome las gracias, así que ese cajón puesto de nuevo con cinta adhesiva no le ha roto un pie a nadie...por ahora.

También en otra casa me quedé en la mano con la cuerda que cae del ventilador del techo. No sé si es que tengo una fuerza que ni superwoman, o que soy más burra que un arado, pero me lo cargué. Tuve que ir al americano garaje donde se guarda de todo menos en coche, a buscar una escalera, casualmente con un peldaño roto y jugarme la vida con el ventilador en funcionamiento. Lo conseguí arreglar, pero casi me cuesta el flequillo. Vamos, que aparte de torpe, chapucera.


Para terminar, hoy, tras otras 10h de trabajo mi tía me pregunto si quería ir por la noche a una "Jewellery Party" véase, "Fiesta de las joyas". Luego me dijo que habría vino y pinchos, y mi orgullo gorrón español se encendió enseguida. Así que allí nos plantamos. La cosa consiste en que un par de mujeres organizan en el salón de una casa vino y pinchos, y te viene una señorita muy guapa a ponerte 3 mesas de expositores llenos de collares, pulseras, anillos, cartera y bolsos, todos preciosos, pero que igual tienes que donar un órgano para adquirir uno. Así que mi tía se puso a charlar con todo el resto de las mamás que estaban por ahí y yo me situé estratégicamente cerca de la mesa de comida e hice lo que mejor se me da. Papar. Creo que ha sido una de las noches mas felices de mi vida desde que estoy aquí, aunque ahora peso 1kg más. Cuando la chica vendedora, que parecía sacada de Gossip Girl me vino a ofrecer uno de los collares, me pilló con la boca llena de chocolate, así que me dio por imposible y me dejo seguir disfrutando del jale. " Digna Salgado, hija de tu padre," diría seguro mi madre. Y es que tras horas aguantando caprichos de crios a los que sus padres no han sabido educar, teniendo que echarles broncas en inglés,hacer tratos y chantajes para conseguir que hagan lo que tu quieras, y teniendo que cuidar que tu habitual torpeza no te haga terminar en el Cementerio de Arlington, tener vino blanco en mano y bombón en la boca, es simplemente, como dirían mis queridos The Cure ,  "just like a heaven"

Buenas noches señores y deica loguiño!

2 comentarios:

  1. Me parto con esta historia de niño zumbado jajajajaj es que hubiera pagado por ver tu cara cuando el niño te la rompía jajajajajj
    Digna Salgado...sigue así xD

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  2. jajajajajaja!!! qué grande eres rociera! me encanta el blog, quiero más!!!

    el niño diabólico ese es un fenómeno :P

    un besiño enorme :)

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