Si estáis leyendo esto es que he
sobrevivido, y estoy felizmente instalada (y espero que con todo mi
equipaje al completo) en mi dulce hogar vigués.
Ahora mismo estoy escribiendo desde el
aeropuerto JFK de New York, tras cagarla hasta el fondo. Hay 3
aeropuertos diferentes en Washington DC, pues me fui justamente al
más lejano, y del cual no salía mi vuelo. Al llegar cargada con los
3 maletones y el maletín del portátil a las 4 de la mañana, y
después de que la azafata me dijera que tenía que llamar a un taxi
para que me llevase corriendo y con suerte al otro aeropuerto (que
casualmente queda a 10 minutos en coche de mi casa), no pude hacer
otra cosa que echarme a llorar. Me eché a llorar con pucheros
incluidos, hipo, y lagrimones de cocodrilo al darme cuenta de la
metedura tan grande de pata y de que si perdía mi primer vuelo, de
los 3 que tenia que coger, ya no tendría posibilidad de llegar a
casa de ninguna manera. Pero gracias a Dios aún existe gente buena
en el mundo, y llego corriendo una azafata que hablaba un básico de
español (porque entre los pucheros y lo bloqueada que estaba no me
salía nada en inglés), y se puso a discutir con su superior para
que, por favor consiguieran meterme en un vuelo que salía 6 horas
después en ese mismo aeropuerto, hacia NY. Y lo consiguió, el
superior me quiso cobrar la tarifa de cambio de vuelo, que son 50$
pero la azafata cuando estuvo a solas conmigo no me aceptó el
dinero, con un super aviso de que siempre revise los billetes y los
míticos mails de "¡ha habido un cambio en sus billetes!". Que no solo
pueden cambiar las horas, si no también los aeropuertos. Así que
felizmente me aceptaron en ese vuelo y me salió del alma darle un
abrazo, decirle que era muy buena persona entre hipos, y que gracias
por ayudarme a volver a casa. Aquí estoy esperando en la puerta de
embarque hacia Madrid. Me tarda ya poder llegar a Vigo, abrazar a
toda mi familia bien fuerte y sentirme por fin en casa. Ciertamente,
estas cosas solo me pueden pasar a mí.
Realmente llevo llorando desde hace 2
días por las esquinas. Despedirme de mis primos pequeños, “mis
cositas” como yo los llamó, fue realmente horrible. El pequeñito
de casi 3 años me cogió del brazo y me dió sus ordenes,como buen
jefazo que va a ser “No, Losi, Don't Go, stay here”. Me da mucha
penita no poderme quedar a ver como crecen y poder seguir fomando
parte de sus vidas, pero todo el mundo ha de seguir su camino. Desde
aquí quiero volver a agradecerle a mis tíos el haberme acogido y
haberme tratado como a una hija más, porque me han brindado la
oportunidad de pasar una de las mejores experiencias de mi vida, sin
duda alguna.
También gracias a todos los colegas
que hice, invitándome a todas sus fiestas y reuniones, como una más
desde el primer momento que quedé con ellos. Tuve mucha suerte de
encontrarme con gente genial y de poder haber viajado con ellas,
sobre todo con mi noruega Thea, con la que conecté 100% y a la que
he cogido muchísimo cariño. Os voy a echar a todos mucho de menos.
Las despedidas son duras, no le gustan a nadie, pero también son
inevitables, la vida sigue y cada uno tiene que seguir a lo suyo.
Pero siempre queda esa puertecita abierta para podernos encontrar en
el futuro. Nadie sabe donde ni cuando, pero ahí está.
Tras volver del país de las
oportunidades se puede decir que el contacto con una cultura
radicalmente diferente a la mía me ha ayudado en muchos aspectos.
Creo que he aprendido un montón de cosas y me ha ayudado a formar
más mis opiniones sobre diversos temas, a abrir más la mente y ser
más respetuosa y tolerante.
He conseguido un viaje impresionante.
He trabajado duro con familias, a veces muy complicadas y muchísimas
horas al día. He mejorado notablemente mi inglés y por fin tengo un
título que así lo demuestra. He duplicado mi armario (vaya
vergüenza me da reconocer lo consumista que puedo llegar a ser). He
trabajado en Washington DC. Y he viajado a Miami, New York y
California, lugares a los que nunca me imaginé que visitaría. Y
aparte de todo eso, me he conocido un poquito más a mi misma y he comprobado hasta
donde puedo llegar por mi sola. Por eso le doy a este viaje un 9. (No
un 10, porque no he encontrado un gringo apuesto que me suba en el
dólar, pero no se puede tener todo en la vida jaja).
Ahora que vuelvo a Vigo tengo nuevos
proyectos en lo que trabajar, sentirme activa, parte de algo e
ilusionada.
No sé cuando volveré a viajar, ni si
volveré a tener otra oportunidad tan increíble a lo largo de mi
vida, tal y como están las cosas en España hoy en día. Pero lo que
si sé es no nos podemos rendir ni bajar en ánimo. A seguir para
delante.
Así que sin más,me despido, que ya parezco mi colega Clarisol haciendo sus memorias del practicum. Doy cierre temporal
a mi pequeña criatura que espero que os haya dado momentos de risa,
entretenimiento y diversión. Eso me pone muy contenta, porque yo he disfrutado mucho escribiéndolo.
Deica loguiño!!
Próxima estación: ESPERANZA!!!!